Lunes 20 de enero de 2014
Combates de San Francisco y Huara - 15 y 17 de febrero de 1891
El oportuno ataque de la caballería del gobierno sobre uno de los flancos del enemigo y la habilidad del Coronel Soto de lanzar dos locomotoras a todo vapor sobre los convoyes de tropas congresistas que venían por la vía férrea, amagó las posiciones congresistas teniendo que retirarse desordenadamente del combate en un convoy de tren, dejando en el campo 240 muertos, casi todos marinos.
Después de la toma de Pisagua las fuerzas congresistas se concentraron en Alto Hospicio y estaban constituidas de tres batallones, el Constitución N 1, el Navales N 2 de Valparaíso y el Navales N 3 de Pisagua, y de una batería de desembarco de la Escuadra al mando del Teniente 1° de la Armada Juan Williams, acompañada de una columna de marineros, una batería organizada después de la toma de Pisagua y el escuadrón de caballería Libertad N 1.
El 15 de febrero de 1891 dichas fuerzas al mando del Coronel Estanislao del Canto Arteaga, salieron a primeras horas en tren desde Alto Hospicio.
El Coronel Eulogio Robles, que había llegado con 300 hombres en el "Imperial" , se constituyó como Comandante en Jefe de las fuerzas de Tarapacá del gobierno.
El Coronel Robles, a pesar de su experiencia militar, cometió un grave error estratégico al dividir sus fuerzas , con el propósito de cubrir toda la provincia. Al tener noticias que tropas enemigas avanzaban a su encuentro desde Pisagua, dispuso que el resto de 4º de Línea , dos compañías del batallón Quillota y lo disponible del 10º de Línea, avanzaran hacia El Molle.
El Coronel Robles a la cabeza de sus tropas efectuó algunos reconocimientos y el día 14 de febrero de 1891 acampó en Santa Catalina.
Reunidas informaciones sobre las tropas congresistas, dispuso que 339 soldados de infantería ocuparan el cerro Dolores, en la localidad de San Francisco de Dolores, el mismo lugar donde se produjo la batalla de Dolores el 9 de noviembre de 1879. Las tropas congresistas ocuparon las cimas y la estación de Dolores, aprovechando el terreno lleno de grietas de las calicheras, como trincheras.
El combate se inició a las 15.00 hrs del día 15 y concluyó a las 18.00 con la completa derrota de las fuerzas gobiernistas, a pesar que una compañía del batallón Quillota se pasó a las filas del gobierno, las que a la cabeza de su jefe sólo pudieron salvar apenas 108 hombres, perdiendo el resto entre muertos, heridos y prisioneros.
Cuando las fuerzas de gobierno se retiraban por la Estación de Negreiros, recibieron del Intendente de Tarapacá, don Manuel Salinas, el refuerzo de toda la guarnición de Iquique compuesta de 600 hombres, al mando del Jefe de Estado Mayor del Coronel Robles, el Coronel José María Soto. La tropa se dirigió a Pozo Almonte y luego a Huara, tomando allí un posición defensiva. Las fuerzas del Congreso también se habían dirigido a la oficina del Rosario de Huara.
Mientras esto sucedía, en Iquique el Comandante Luis Alberto Goñi Simpson del blindado "Blanco" intimó la rendición de la plaza, aprovechando que se encontraba desguarnecida, ocupándola con tropa de marinería y nombrando el 17 de febrero como Comandante General de Armas al Capitán de Corbeta Vicente Merino Jarpa.
Al disponer revisar las antiguas posiciones de las tropas gobiernistas, se encontraron escondidos 40.000 tiros de rifle.
Mientras tanto, el coronel Soto con sus 600 hombres se acercó a la Estación de Santa Rosa, donde se unió a las tropas que el Coronel Robles había salvado desde San Francisco.
El 17 de febrero a las 15.30 hrs. se inició el combate, cuando las fuerzas congresistas iniciaron la ofensiva al mando del General Gregorio Urrutia, jefe del Coronel del Canto, con más de 1.200 hombres.
El oportuno ataque de la caballería del gobierno sobre uno de los flancos del enemigo y la habilidad del Coronel Soto de lanzar dos locomotoras a todo vapor sobre los convoyes de tropas congresistas que venían por la vía férrea, amagó las posiciones congresistas teniendo que retirarse desordenadamente del combate en un convoy de tren, dejando en el campo 240 muertos, casi todos marinos.