Jueves 16 de enero de 2014
Ignacio Serrano Montaner
Teniente 2º
Fueron sus padres don Juan Ramón Serrano y Toro Mazote y doña María Mercedes Montaner y Cáceres, que se hallaban radicados por intereses agrícolas en Melipilla.
Ignacio Serrano Montaner, el menor de 9 hermanos, fue un mozo inteligente, travieso y ocurrente. Fue bautizado el 26 de noviembre de 1846 en su ciudad natal e hizo sus primeros estudios en el Instituto Nacional. Cuando apareció la sombra de la Guerra contra España, abandonó sus estudios y el 14 de mayo de 1865 ingresó a la Escuela Naval, a la edad de 18 años.
Egresó el 7 de enero de 1867, fecha en que fue nombrado guardiamarina sin examen. El 26 del mismo mes fue embarcado en el vapor "Ñuble", donde se distinguió por su desempeño profesional. Luego fue trasladado a la Escuela Naval para completar algunas asignaturas y servir como ayudante en otras.
En abril de 1869 fue embarcado en la corbeta "Abtao", al mando del Capitán de Corbeta Emilio Errázuriz, donde permaneció hasta mayo de 1870, fecha en que fue transbordado al vapor "Valdivia", como ayudante en la Escuela de Aprendices de Marineros.
El 26 de noviembre pasó a la goleta "Virgen de Covadonga", en la cual hizo un viaje de exploración al interior del archipiélago de Chiloé y seno de Reloncaví, y luego a Mejillones.
Volvió a la Escuela Naval en 1871 y allí le tocó junto al Teniente 1º Arturo Prat Chacón, ser colaborador en la activa labor educacional desarrollada por el Director, Capitán de Fragata Luis Alfredo Lynch Zaldívar.
En 1872, lo encontramos a bordo de la corbeta "Esmeralda" como Profesor de la cátedra de "Arte de Aparejos", en la Escuela Naval embarcada en esa nave. Allí le tocó en suerte ser Profesor de su hermano Ramón.
Se hizo íntimo amigo de Arturo Prat Chacón, cuyo carácter entero y reposado completaba el suyo y recibió de él valiosas enseñanzas.
Toda su juventud luchó contra la pobreza y cuando vivía en Valparaíso, su escaso sueldo no le alcanzaba para sobrellevar los gastos de su hogar y por ello se ocupó en dar lecciones particulares a los jóvenes que aspiraban ingresar a la Escuela Naval.
Luego se embarcó en la corbeta "Chacabuco", donde se desempeñó en labores hidrográficas que desarrollaba su buque. Posteriormente fue transbordado a la corbeta "O'Higgins", que estaba la mando del Capitán de Fragata Jorge Montt Alvarez.
En 1875, nombrado ya Teniente 2º, regresó a la Escuela Naval como instructor, encontrando como Subdirector a Arturo Prat. Lo acompañó hasta el 31 de octubre de 1876 en que fue nombrado Subdelegado Marítimo de Tomé, desempeñándose en este puerto una labor muy activa. Allí vivió con su esposa, la dama ancuditana doña Emilia Goycolea Garay, quien durante la Guerra del Pacífico perdió a su marido y a su hermano Eulogio, ambos muertos heroicamente. En su cargo, emprendió la tarea de levantar el plano de la bahía de Coliumo y aldea de Dichato. Solicitó que se dejara a su cargo al instrucción militar de los alumnos de las dos Escuelas de Hombres, habilitó el muelle que grandes temporales habían inutilizado, obtuvo vestuario completo para la policía, hizo estudios de agrimensor y alcanzó a hacer varios trabajos en esta profesión.
Al sobrevenir la Guerra del Pacífico, cerró su casa de Tomé y llevó a su esposa a Melillapu, hoy Puerto Montt, donde la confió a nobles amigos.
Se embarcó en la goleta "Virgen de Covadonga", cuando a fines de abril de 1879 tomó el mando su amigo el Capitán de Fragata Arturo Prat Chacón, quien había viajado desde Iquique por encargo especial del Almirante Juan Williams Rebolledo con informaciones para el gobierno. El 3 de mayo zarpó desde Valparaíso en convoy con la corbeta "Abtao", recalando a Iquique el 10 de mayo.
Cuando el Almirante Juan Williams Rebolledo decidió atacar El Callao, reorganizó los mandos de los buques, destinando al Capitán de Fragata Arturo Prat como Comandante de la corbeta "Esmeralda" y dejándolo como Jefe de Bahía a cargo del bloqueo de Iquique. Prat solicitó que para completar la dotación de la corbeta se transbordara a Ignacio Serrano y al Guardiamarina Arturo Wilson Navarrete desde la goleta "Virgen de Covadonga".
En el Combate Naval de Iquique, el 21 de mayo de 1879, el Teniente Ignacio Serrano Montaner tenía la misión de dirigir los cañones de babor que enfrentaban al "Huáscar" y el Teniente Francisco Segundo Sánchez Alvaradejo contestaba por estribor los disparos que le hacían desde tierra.
Después del abordaje de Arturo Prat, en el primer espolonazo que efectuó el monitor "Huáscar", Serrano organizó la partida de abordaje para la eventualidad que el buque peruano intentara efectuar un segundo intento.
En el momento que el "Huáscar" efectuó el segundo espolonazo y los dos buques se encontraban juntos, Serrano saltó al abordaje seguido de doce marineros que llevando rifles y machetes cayeron sobre la cubierta del monitor, donde los recibió una lluvia de balas, que se le disparaba desde la torre de mando y parapetos blindados. Ignacio Serrano corrió a la torre de artillería con la intención de trabar el engranaje de giro. Un destacamento de unos cuarenta tiradores subió a cubierta, hirió a Serrano y acabó con su gente, algunos de los cuales, ya sin municiones o heridos, escaparon echándose al agua y subiéndose a la "Esmeralda" por cabos lanzados desde abordo.
Tendido en cubierta del "Huáscar" y herido en el bajo vientre, Serrano fue recogido por la tripulación peruana y llevado a un camarote. Allí intentó causar un incendio, pero este fue sofocado. El herido asistido por el médico peruano Santiago Távara, murió desangrado.
En la tarde del 21 de mayo, los cadáveres de los chilenos fueron dejados en el muelle de Iquique. Allí se encontraron nuevamente los entrañables amigos, Arturo Prat e Ignacio Serrano, que el destino unió en la muerte. Por ello la piedad extranjera se encargó de sepultarlos uno junto al otro.
No es de extrañar que sus propios enemigos hayan escrito el epitafio del Teniente 2º Ignacio Serrano Montaner que todos los hombres de mar sabrán comprender su significado: "Este oficial murió al pie del torreón".
Los restos del Teniente 2º Ignacio Serrano Montaner fueron trasladados a Valparaíso junto a los de Arturo Prat y sepultados en la cripta del Monumento a los Héroes de Iquique, el 21 de mayo de 1888, en una ceremonia en la cual el pueblo de Valparaíso se volcó a las calles para rendir tributo a quienes, con su acción impregnaron el alma nacional con la divisa "Vencer o Morir", que sería el lema de las armas chilenas que permitió el triunfo en la guerra.